Los mensajes del liderazgo educativo para la mejora del aprendizaje en el alumnado
Por: Pedro Navareño
Desde hace algunas décadas, tanto el progresivo aumento de la complejidad en la gestión de las instituciones educativa
s, como las exigencias administrativas, los resultados de las evaluaciones, internas y externas y la presión social que ejercen, etc., han venido a poner en el centro del debate y de la investigación la figura de la dirección y el liderazgo escolar. Especialmente, la atención se ha focalizado en la perspectiva del impacto que el modelo de liderazgo tiene en la mejora de los aprendizajes del alumnado, es decir, en lo que se ha venido denominando,desarrollando y estudiando en torno al liderazgo instructivo, pedagógico, para el aprendizaje, distribuido, etc. (Al-Kubaisi, H., & Shahbal, S. 2021). A continuación, una reflexión acerca de diferentes características y enfoques del liderazgo pedagógico y cómo cada una de ellos ejerce una influencia para el logro de los aprendizajes en el alumnado.
La visión y los resultados de esos trabajos y publicaciones sobre el papel que juegan los directivos como líderes escolares se podrían agrupar, fundamentalmente, en tres tipos de documentos: los académicos, que se publican en revistas indexadas, que deben atenerse al rigor y a los cánones propios de ese contexto, en segundo lugar, la “literatura gris” que se considera que son los informes y resultados de la investigación y documentos publicados por corporaciones, gobiernos, empresas de investigación y otras entidades que no se publican en revistas académicas, y podríamos citar, en tercer lugar, aquellas publicaciones divulgativas que están más dirigidas al colectivo de directivos y docentes que, sin tener el rigor académico de otras publicaciones, proporcionan reflexiones y orientaciones de carácter más práctico para una mejor organización y funcionamiento de la escuela.
De una somera revisión reflexiva, sobre la literatura general, podemos destacar algunas ideas y conclusiones que consideramos fundamentales para entender en estos momentos lo que ha de entenderse por dirección y un liderazgo escolar centrado en el aprendizaje de los estudiantes:
• La escuela debe estar organizada y funcionar bajo un liderazgo pedagógico, distribuido y colaborativo, que debe extenderse al rol que cada docente para desarrollar su tarea profesional, incluso debe implicar al liderazgo que cada estudiante debe ejercer en su tarea de aprender, ya que este modelo propicia y facilita la creación de entornos de aprendizaje cálidos y acogedores para toda la comunidad educativa.
• Liderazgo basado en la confianza entre las personas y en el compromiso con el proyecto, como un elemento clave que debe existir y procurarse no sólo entre directivos y docentes, sino también entre todos los miembros de la comunidad educativa: los estudiantes y sus familias, con el entorno social y con la administración educativa.
• Liderazgo para el desarrollo profesional docente, por lo que ha de entenderse la escuela como un espacio para crear y desarrollar comunidades profesionales de aprendizaje, basadas en una reflexión crítica y sistemática sobre la práctica, que fundamenta sus actuaciones en la investigación y las evidencias científicas, que permite encontrar las soluciones legítimas y contextuales que se necesitan desde dentro de la escuela. Logrando altos niveles de satisfacción y realización profesional de todos sus miembros.
• Un liderazgo que propicia y crea un clima de respeto y convivencia entre toda la comunidad educativa. Poniendo en práctica valores y principios éticos y morales que son vividos en el día a día, además de ser enseñados de manera teórica.
• Garantizar un liderazgo que se ocupa de la equidad y la calidad, no solo el derecho de acceso a la educación, sino, sobre todo, se centra en ofrecer un aprendizaje adecuado y personalizado a todos y cada uno de los estudiantes, para el logro de la justicia social y distributiva.
• Un liderazgo democrático que está abierta a la participación activa y la implicación de toda la comunidad educativa, que se refleja en una toma de decisiones consensuada y legítima que tiene como horizonte el bien común, y que garantiza el respeto al derecho a la educación, más allá de cualquier diferencia, con independencia de su naturaleza.
• Un liderazgo centrado en la innovación y la mejora sostenible de todos los ámbitos de la escuela, que permita asegurar el dinamismo y la actualización permanente que un mundo global e interconectado exige, para aprovechar los nuevos avances y conocimientos que se produzcan en los diferentes campos de conocimiento, tales como las neurociencias o las tecnologías, para que nos permitan el logro del perfil de egreso de todo el alumnado.
Grissom, J. A., Loeb, S., & Master, B. (2013) afirman con buen criterio algo que consideramos de gran importancia ya que es necesarios saber que: “Un desafío obvio para un concepto tan amplio como las funciones de liderazgo que respaldan la enseñanza y el aprendizaje es destilar qué comportamientos cuentan como liderazgo educativo y cuáles no. Sin tal especificidad, los profesionales tienen poca orientación sobre cómo podrían desarrollar o mejorar el liderazgo educativo dentro de sus escuelas.”
Por lo que de acuerdo con un importante equipo de investigadores (Grissom, Jason A., Anna J. Egalite, and Constance A. Lindsay. 2021) podemos concluir afirmando que “las habilidades y experiencias (de los lideres) se manifiestan en cuatro clases de comportamientos que, según las mejores investigaciones disponibles, producen resultados escolares positivos”.
“Estos comportamientos caen dentro de las siguientes categorías:
• Participar en interacciones enfocadas en la instrucción con los maestros. Formas de compromiso con los maestros que se centran en la práctica de instrucción, como la evaluación de maestros, el entrenamiento de instrucción y el establecimiento de un programa de instrucción para toda la escuela basado en datos para facilitar tales interacciones.
• Construir un clima escolar productivo. Prácticas que fomentan un ambiente escolar marcado por la confianza, la eficacia, el trabajo en equipo, el compromiso con los datos, el aprendizaje organizacional y la mejora continua.
• Facilitar la colaboración productiva y las comunidades de aprendizaje profesional. Estrategias que promuevan que los maestros trabajen juntos de manera auténtica con sistemas de apoyo para mejorar su práctica y mejorar el aprendizaje de los estudiantes.
• Administrar estratégicamente el personal y los recursos. Procesos en torno a la dotación de personal estratégica y la asignación de otros recursos.
En definitiva, una de las principales ideas de esta literatura es que los líderes educativos sólidos son “líderes prácticos, comprometidos con los problemas del currículo y la instrucción, sin miedo a trabajar directamente con los maestros y, a menudo, presentes en las aulas” (Horng & Loeb, 2010, p. 66), citados por (Grissom, J. A., Loeb, S., & Master, B. 2013).
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Fuentes:
Grissom, J. A., Loeb, S., & Master, B. (2013). Effective instructional time use for school leaders: Longitudinal evidence from observations of principals. Educational researcher, 42(8), 433-444.
Grissom, J. A., Egalite, A. J., & Lindsay, C. A. (2021). How principals affect students and schools: A systematic synthesis of two decades of research. New York: The Wallace Foundation.
Al-Kubaisi, H., & Shahbal, S. (2021). The Focus of Educational Leadership on Student Learning; Reflection and Assessment-Vanderbilt Assessment of Leadership in Education. Webology (ISSN: 1735-188X), 18(3).
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