Cuando un grupo de profesionales que se desempeñan en una misma organización se hallan juntos en una situación de perfeccionamiento existe la oportunidad de potenciar de forma notable el aprendizaje profesional mediante la interacción entre ellos. Esto pasa en muchas profesiones que cuentan con estrategias bien asentadas para fomentar dicha interacción como son los congresos, los proyectos, las sesiones clínicas, o la resolución de problemas en equipo.
Ahora bien, en una entidad educativa, ¿cuántas oportunidades tienen los docentes para desarrollar su práctica profesional de esta manera? La mayoría de los espacios formales para su desarrollo profesional están ocupadas con cursos, talleres, seminarios o webinars con la misma estructura: un grupo que viene a aprender de un experto mediante sus explicaciones, pero que prácticamente no interacciona entre sí. Este tipo de formaciones no son suficientes para activar un principio esencial del desarrollo profesional, la denominada Zona de Desarrollo Próximo (Vigotsky, 1979) o el espacio de desarrollo potencial con el que todos contamos. ¿Cómo diseñar formaciones que sean capaces de aprovecharlo?
Este concepto fue desarrollado por Lev Vigotsky en su teoría sociocultural del desarrollo humano cuya tesis principal se centra en la naturaleza esencialmente social del desarrollo y del aprendizaje. La ZDP expresa esa zona potencial de desarrollo que solo se activa al interactuar con otros. La interacción con los demás colegas actúa en el proceso de perfeccionamiento docente como un detonante que dinamiza el crecimiento personal y de todos los docentes participantes. Interactuar entre colegas en una situación de aprendizaje profesional facilita que los participantes puedan compartir sus distintas miradas y perspectivas, así como compartir la experiencia profesional – el llamado saber práctico – que acumula cada docente y que constituye un valor añadido a la situación formativa y del que todos pueden beneficiarse.
La teoría sociocultural del desarrollo humano y el concepto de ZDP deberían constituir, por tanto, la fundamentación pedagógica para el diseño e implementación de las experiencias de aprendizaje profesional docente que pone en marcha una entidad educativa para los docentes y directivos que se encuentran en procesos de mejora continua. También puede servir a las entidades educativas para evaluar la calidad y conveniencia de ciertas formaciones que contratan a los agentes externos, pues su existencia asegura un aprendizaje profesional adecuado.
Pero ¿cómo aplicar en la práctica este concepto en el diseño de las formaciones profesionales?
Cuando los docentes practican el aprendizaje cooperativo entre sí en sentido estricto lo que hacen es proponerse alcanzar un objetivo común mediante la cooperación de los integrantes del equipo de modo que el objetivo se alcanza mediante una tarea compartida entre todos. Por tanto, toda experiencia formativa debería incluir una o varias actividades de esta naturaliza. Si bien el aprendizaje cooperativo entre docentes es algo valioso, mayor valor presentan los círculos de interaprendizaje que se pueden poner al alcance de los docentes en servicio y cuya finalidad es superior: promover el desarrollo profesional docente de quienes forman parte del equipo a través de las interrelaciones sistemáticas que desencadenan sinergias potenciadoras de desarrollo profesional en los participantes. Son estructuras permanentes y formales donde los profesionales comparten su práctica de forma habitual y como parte de la cultura profesional imperante. Las investigaciones demuestran que su acción es de carácter sinérgico (las sinergias son fuerzas que se alimentan unas de otras y que aumentan de forma exponencial, es decir, algo más valioso que el hecho de sumar exclusivamente conocimientos) y como consecuencia todos los que interactúan compartiendo conocimiento profesional activan sus potencialidades al producirse una construcción personal y holística de los diferentes elementos que se comparten: conocimiento teórico, experiencia docente, vivencias profesionales, miradas diversas, perspectivas de diferente alcance, reflexiones sobre la transferencia a la práctica, práctica reflexiva, etc.
Referencias:
Domingo, A. y Gómez, M.V. (2014). La Práctica Reflexiva. Bases, Modelos e Instrumentos. Narcea Ediciones.
Vigotsky, L.S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona: Crítica. (fuente)
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