Hacia la consolidación híbrida en Educación Superior
Por: Hugo Pardo Kuklinski ha publicado un texto de gran valor para entender cómo se irá fusionando la educación superior física con la online. Siempre me ha parecido un debate estéril hablar de un tipo de educación sobre la otra cuando deberíamos estar reflexionando cómo fusionamos ambas para obtener la mejor fórmula de aprendizaje posible aplicable en diferentes contextos y ante diferentes necesidades de nuestro alumnado. En el citado documento se encuentran valiosas reflexiones al respecto, sobre el futuro de la educación superior y cómo adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales, la consolidación híbrida personalizada y flexible, la colaboración y el trabajo en equipo, la integración de tecnologías emergentes en el proceso educativo, y la creación de ambientes de aprendizaje que fomenten la creatividad y el pensamiento crítico.
A continuación, algunas ideas tanto a nivel de gestión como pedagógico, que puedan ayudar a gestores universitarios y docentes a prepararse para los futuros inevitables que vienen y que moldearán de forma definitiva la forma en la que conocemos a las entidades de educación superior hoy día.
Tendencias desde un enfoque de gestión
En el ámbito de la gobernanza y gestión educativa, se plantean diversas tendencias y transformaciones necesarias para adaptarse a los desafíos actuales y futuros. Estas tendencias tienen como objetivo mejorar la experiencia de los estudiantes, fomentar la excelencia académica y a nivel de educación superior, promover la integración de las universidades en el mercado laboral y en la sociedad en general.
Una de las principales tendencias es impulsar una innovación continua, centrada en mejorar las experiencias de los estudiantes. Se debe buscar priorizar la excelencia en la relación con los estudiantes por encima de las necesidades de los cuerpos académicos. Esto implica, por ejemplo, el tránsito hacia la gratuidad en las matrículas de grado en instituciones públicas, estableciendo un sistema de recompensas según el rendimiento. Además, se propone, para la educación privada, una política de becas eficiente que priorice a aquellos estudiantes que dependen de ellas para poder estudiar.
Otra tendencia importante debería ser la diversificación de las fuentes de financiación de las universidades. Aquí la tendencia es clara: combinar los ingresos por matrículas con la filantropía, los negocios propios en servicios y la creación de patentes y de spin-offs. Se trata de poner la universidad al servicio de la sociedad y del entramado empresarial al que sirve.
Para alcanzar una mayor excelencia académica, una tendencia importante será reducir los niveles de endogamia del profesorado a través de convocatorias transparentes para plazas. Se buscarán cada vez más políticas de atracción de talento nacional e internacional, así como de consolidación laboral docente y salarios competitivos. La docencia ad-honorem se considera como una excepción para perfiles singulares. Asimismo, se plantea la apertura de concursos abiertos internacionales para la selección de rectores, decanos y gerentes, promoviendo la búsqueda de redes y recursos internacionales, pero, sobre todo, promoviendo la dilución de la endogamia que es hoy uno de los mayores lastres en las instituciones de educación superior. ¿Cómo pueden llamarse universidades (que viene de universales) si no hacen más que mirarse el ombligo?
Otra tendencia es la incorporación de la cultura startup a la gestión universitaria, creando laboratorios que impulsen la innovación y el cambio estratégico. Estos laboratorios utilizan metodologías ágiles en ciclos intensivos de prototipado e iteración para resolver retos específicos planteados por la sociedad civil, las diferentes industrias o los propios gobiernos.
En cuanto a la relación entre el campus físico y el campus virtual, se incrementará cada vez más la necesidad de que las universidades presenciales se adapten a la virtualidad. Se buscará la creación de una universidad híbrida expandida, donde el campus físico y el campus virtual se complementen para conseguir un equilibrio aceptable en función de las necesidades de los estudiantes. Se plantea aprovechar las ventajas de ambos entornos para ofrecer una experiencia educativa enriquecedora.
Las aulas también deben adaptarse a las nuevas necesidades pedagógicas, promoviendo la flexibilidad y la interacción entre estudiantes. La tendencia es promover que sean espacios flexibles, donde sea posible mover mesas y sillas de manera fácil y silenciosa. Se busca evitar jerarquías espaciales entre profesores y estudiantes, y promover zonas calientes y frías para ubicar a los estudiantes según su grado de interacción. Además, se sugiere incluir mobiliario que favorezca el cambio de postura física y la movilidad.
En cuanto al campus virtual, la tendencia es que sea cada vez más un espacio multiplataforma que integre el portal web institucional y el sistema de gestión del aprendizaje (LMS), pero también un Entorno Virtual de Aprendizaje continuo (EVA) que incluya información, recursos, oportunidades de colaboración entre iguales y de formación a partir de la reflexión sobre la práctica, en entornos simulados o auténticos.
Desde un enfoque pedagógico
Los elementos de gestión mencionados permitirán la introducción de elementos pedagógicos que impulsen el desarrollo competencial profesional y personal de los estudiantes. Algunas tendencias que se irán viendo en las universidades serán:
– La importancia de la colaboración y el trabajo en equipo: La necesidad de fomentar la colaboración y el trabajo en equipo entre los estudiantes, ya que esto les permite aprender unos de otros y desarrollar habilidades sociales y emocionales importantes.
– La integración de tecnologías emergentes: La integración tecnologías emergentes en el proceso educativo para mejorar la calidad del aprendizaje, es decir, como un refuerzo para que docentes y estudiantes lleguen donde antes no habían podido en términos de producción de aprendizaje. Algunas de estas tecnologías incluyen la inteligencia artificial, la realidad virtual y aumentada, y los sistemas adaptativos.
– La creación de un ambiente de aprendizaje creativo: La introducción de diferentes ambientes de aprendizaje que fomenten la creatividad y el pensamiento crítico. Esto se puede lograr a través del diseño de espacios físicos y virtuales que estimulen la imaginación y el intercambio de ideas, la innovación abierta, el desarrollo de proyectos, la resolución de problemas, etc.
– La necesidad de una educación más personalizada: La importancia de una educación más personalizada que se adapte a las necesidades individuales de los estudiantes. Esto implica ofrecer opciones flexibles para el aprendizaje, como experiencias formativas donde cada estudiante pueda decidir cómo participar (si presencialmente, online síncrono u online asíncrono) en cada momento de su proceso formativo, para responder a sus necesidades cambiantes en el tiempo.
– La formación continua para docentes: Finalmente, el documento destaca la importancia de ofrecer formación continua para los docentes con el fin de actualizar sus habilidades pedagógicas necesarias para guiar en experiencias de aprendizaje que impulsen el desarrollo competencial de sus estudiantes, que generen motivación intrínseca y que sean inspiradoras para su vida.
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Fuente:
Pardo Kuklinski, Hugo. (2023).
Los futuros inevitables de la universidad.
Ideas para gestores hacia la consolidación híbrida. Escuela de Educación. UPB Virtual. Medellín.
eBook de acceso gratuito. Versión 1.0 / Mayo 2023. Se accede a esta edición electrónica desde: futurosdelauniversidad.net
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