Sobre los caminos de la formación a la carrera profesional: 4 ideas para la mejora educativa

Según una encuesta que acaba de publicar la fundación “Jobs for the Future” lo que buscan los empleadores y lo que los empleados pueden proporcionar, sobre todo la Generación Z, pueden ser dos cosas bien diferentes. Las habilidades obtenidas a través del trabajo o la escuela y las habilidades obtenidas a través de un título que acredite formalmente sus habilidades pueden valorarse de manera diferente en un mercado laboral cada vez más complejo.

En el estudio citado, se preguntó a más de 2.000 estudiantes y empleadores sobre lo que piensan los empleadores y los jóvenes de la generación Z sobre los caminos de la formación a la carrera… y cómo están cambiando esos puntos de vista. Básicamente, parece que aún hay un peso importante en los grados académicos universitarios que están compitiendo con otro tipo de credenciales de formación más alternativas.

Algunas conclusiones del estudio y 4 ideas para aprovechar este cambio que se va estableciendo por parte de las instituciones educativas, son las siguientes:

– Los resultados muestran que, si bien existe el deseo de romper con las trayectorias profesionales tradicionales, todavía hay dudas y falta de claridad sobre cómo lograrlo. Tanto los empleadores como los jóvenes están abiertos a explorar diferentes caminos que se desvían del camino tradicional de “la escuela secundaria a la universidad”, incluidos los aprendizajes y credenciales de formación postobligatoria que pueden no dar un título, pero tienen valor en el mercado de trabajo.

– Los empleadores expresaron su disposición a considerar a los graduados con este tipo de capacitación y experiencia, más allá de una licenciatura, como una señal de la capacidad de una persona para realizar el trabajo. Sin embargo, las respuestas de la encuesta también sugieren que cuando llega el momento, no está claro si los empleadores y los jóvenes realmente actuarán en estos caminos alternativos. Cuando les preguntan a los empleadores si contratarían a alguien sin una licenciatura, muchos dicen: “Bueno, depende… Es difícil clasificar los resultados de estos otros programas y lo que la gente sabe. Por tanto, probablemente sea más factible que contratemos a quien tiene un grado universitario”.

– Esto coincide con el pensamiento de los jóvenes, quienes también creen que cuando los empleadores deben escoger entre un graduado de credenciales alternativas y un graduado de la universidad de cuatro años, elegirán a la persona con un grado académico, por lo que piensan que hay un riesgo asociado con hacer algo “no tradicional”.

– Los hallazgos sugieren que estamos en un punto crucial en el cambio de mentalidad de los empleadores, para que finalmente estén dispuestos a contratar en función de las habilidades, no de los títulos. Los títulos están bien, pero se han convertido en una señal de preparación para el trabajo, aunque todos sabemos que son bastante imperfectos. Los empleadores están interesados ​​en qué más hay, pero no pueden comprometerse a decir que esos caminos alternativos indican lo que un título indica hoy día. En definitiva, no saben cómo interpretar los otros programas y credenciales, por lo que prefieren contratar con un método “mejor malo conocido que bueno por conocer”. Se necesitará un tiempo para que los empleadores logren tener suficientes evidencias de éxito sobre otras formas alternativas y concretas de hacer las cosas y experiencias de otros empleadores pares que hayan tenido éxito con esos enfoques.

– Por otro lado, a los jóvenes se les podría persuadir para que tomen algunas rutas alternativas, pero sin entenderlas, será difícil que se comprometan y volverán rápidamente hacia el statu quo.

– Y finalmente, qué recomienda el estudio para las instituciones educativas en estos tiempos de cambio:

  1. Una primera conclusión del informe es la necesidad real de definir la calidad de manera que se corresponda con los resultados profesionales, que son longitudinales. Generar un mapa retrospectivo que pueda describir, en función de las características del programa, que se logran resultados sólidos a largo plazo. Se trata de generar programas de alta calidad que conduzcan a buenos resultados tanto para los jóvenes como para los empleadores.

 

  1. En segundo lugar, se trata de generar caminos alternativos que podrían tomar los estudiantes para volverse potencialmente más atractivos para los empleadores. Existen muchos tipos diferentes de enfoques, pero los más valorados son aquellos que ayudan a los estudiantes a adquirir experiencia en el trabajo mientras aprenden. Podrían estar tomando clases académicas mientras realizan una pasantía remunerada o un aprendizaje en una empresa de fabricación local o como especialista en TIC, y que puedan obtener créditos académicos por esa experiencia, que puedan aplicarse al grado académico que estén realizando o que quieran realizar en un futuro. El punto óptimo para este tipo de programas es cuando integran el aprendizaje y el trabajo, que puede ser viables incluso desde la educación secundaria y postobligatoria. Todo el itinerario debería estar integrado, por lo que ya no sería necesario que nadie tome un descanso de cuatro años solo estudiando antes de calificar para iniciar una carrera profesional. Eso no se adecua a la realidad de tantos jóvenes y trabajadores en este Siglo XXI. En este sentido, las credenciales alternativas pueden formar parte de este proceso, haciendo visibles y valiosas dichas experiencias de aprendizaje.

 

  1. Por otro lado, las instituciones educativas deben prestar atención a la economía tanto en el mercado laboral como en sus propias cuotas, poniendo un precio razonable y fácil de traducir, sin sorpresas ocultas. En muchas instituciones de educación superior la comunicación con los jóvenes sobre el costo es opaca. Las universidades también deben asegurar a los estudiantes que tendrán apoyo para mejorar sus posibilidades de completar la universidad. Demasiados estudiantes simplemente no completan la universidad, y se convierte en una verdadera carga para ellos cuando no tienen una credencial que les permita pagar la deuda una vez que estén en el mercado laboral.

 

  1. Finalmente, las universidades pueden volverse más atractivas al mostrar cómo los programas académicos se conectan con las carreras y las oportunidades laborales. Deben impulsar las asociaciones de empleadores y los caminos hacia diferentes experiencias laborales o carreras, especialmente si son experiencias de aprendizaje basadas en el trabajo remunerado, la fuente más real de aprendizaje, pero en un entorno guiado que pueden proveer las entidades de educación superior.

Fuentes:

Vargas, J (2022). What Employers Want: The Battle Between Skills and Degrees. The Evollution. Fuente: https://evolllution.com/programming/credentials/what-employers-want-the-battle-between-skills-and-degrees/

Estudio “Degrees of Risk” por la American Student Assistance y Jobs for the Future, presentan un estudio histórico sobre la Generación Z y las percepciones de los empleadores sobre los caminos de la educación a la carrera. Fuente: https://info.jff.org/degrees-of-risk

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