10 Principios del Profesionalismo Colaborativo en Educación

El enfoque por competencias de los fines educativos está provocando una auténtica revolución en la educación, ya que supone cambiar por completo el enfoque y las dinámicas de enseñanza y aprendizaje y, por tanto, también el perfil de los profesionales que trabajan en las aulas. A pesar de la proliferación de premios individuales que se otorgan hoy en día en educación, en realidad ya no es posible pensar en la profesión docente como una actividad únicamente individual. Es necesario que los docentes de todo tipo trabajen juntos y acuerden criterios comunes para estimular el aprendizaje de sus alumnos de manera coordinada en la búsqueda de resultados de aprendizaje específicos. ¿Pero, cómo conseguir esta aspiración de trabajo colaborativo en las entidades educativas? Una de las aportaciones más recientes es la llevada a cabo por Andy Hagreaves y Michael T. O’Connor (2018) sobre lo que llaman el Profesionalismo Colaborativo. Su investigación, llevada a cabo a través de estudios de caso, concluye en 10 principios de dicho profesionalismo que pueden servir a líderes educativos y docentes para hacer una reflexión de su cultura interna. A continuación, un resumen de cada uno:

 

  1. Autonomía Colectiva: Este principio menciona que en el profesionalismo colaborativo los educadores gozan de una mayor independencia respecto a la autoridad burocrática descendente, pero son menos independientes unos de otros. Los docentes reciben esa autoridad, o la asumen ellos mismos. Se trata de dar oportunidades para que los docentes puedan iniciar proyectos de innovación o procesos de cambio, actuar democráticamente compartiendo el poder y autoridad con los docentes, así como promover y apoyar el liderazgo entre docentes.

 

  1. Eficacia colectiva: Este principio, según sus autores, se basa en la creencia de que, juntos los docentes pueden crear algo diferente en los estudiantes a los que enseñan, se lo que sea que impartan. Se trata de que los docentes compartan los objetivos para la mejora de la entidad educativa centrándose constantemente en los procesos de aprendizaje de los estudiantes, que existan procesos de colaboración para desarrollar una visión compartida entre los docentes, y que éstos estén comprometidos en la aplicación de estrategias y programas que mejoren el aprendizaje de los estudiantes.

 

  1. Investigación colaborativa: Este aspecto explica, según sus autores, que en el profesionalismo colaborativo los docentes exploran sistemáticamente y de forma conjunta los problemas, cuestiones y diferencias en las prácticas con vistas a mejorar o transformar lo que están haciendo. Este tipo de investigación está firmemente arraigada en el trabajo diario y, por tanto, los docentes indagan respecto a los problemas antes de apresurarse a resolverlos. Se trata de que los docentes aprendan y apliquen regularmente nuevos conocimientos para resolver problemas didácticos, que los docentes analicen colaborativamente las distintas fuentes de información (evaluaciones, trabajos prácticos, carpetas) con el fin de evaluar la efectividad de sus prácticas pedagógicas, que analicen conjuntamente los trabajos de los estudiantes para mejorar los procesos de aprendizaje, y que revisen colaborativamente el trabajo de los estudiantes para mejorar y compartir sus prácticas docentes.

 

  1. Responsabilidad colectiva: Según este principio, los docentes tienen la obligación mutua de ayudarse unos a otros y de servir a los estudiantes que tienen en común, lo que significa referirse a los estudiantes como “nuestros” estudiantes, en lugar de “mis” estudiantes. En este sentido, se trata de que la comunidad educativa sea la que asuma una responsabilidad compartida y se rindan cuentas de los aprendizajes de los estudiantes sin que nadie imponga su autoridad de manera unilateral, y los docentes participen activamente en la discusión y toma de decisiones sobre asuntos escolares relevantes. También que la comunidad educativa se involucre activamente en el desarrollo de actividades que ayuden a mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes y, finalmente, que los docentes trabajen y planifiquen conjuntamente en la búsqueda de soluciones y alternativas para responder mejor a las necesidades de sus estudiantes.

 

  1. Iniciativa colectiva: Sus autores afirman que en el profesionalismo colaborativo hay menos iniciativas, pero hay más iniciativa, porque los docentes dan un paso hacia adelante y el sistema lo promueve, para crear comunidades de individuos fuertes que están comprometidos a dar y recibir ayuda, así como aprender conjuntamente. Esto significa que la entidad educativa muestre un esfuerzo constante y común para promover el cambio en la cultura interna, y que la información se utilice para emprender acciones que ayuden a alcanzar una visión o metas compartidas. También que los docentes trabajen conjuntamente para adquirir conocimientos, desarrollar competencias e identificar estrategias para mejorar su desempeño profesional, y que planifiquen conjuntamente en la búsqueda de soluciones y alternativas para responder mejor a las necesidades de sus estudiantes.

 

  1. Diálogo mutuo: Este principio indica que se pueden tener conversaciones difíciles e incluso promover que se tengan entre los docentes. Promover que exista una retroalimentación honesta, un diálogo genuino sobre las diferencias de opinión en cuanto a las ideas, material curricular o el comportamiento de los estudiantes, y que los docentes y directores cuenten con protocolos que insistan en clarificar y escuchar antes de exponer el desacuerdo. Se trata, por tanto, que el personal de la entidad educativa tenga oportunidades para aprender de los demás a través del diálogo abierto, que los docentes mantengan entre sí diálogos respetuosos sobre la práctica pedagógica en los que se tomen en consideración los distintos puntos de vista, que se proporcionen retroalimentación sistemática sobre sus prácticas pedagógicas, se permita el análisis honesto y respetuoso de la información para mejorar los procesos de aprendizaje, y que exista una cultura de confianza y respeto que permita asumir riesgos.

 

  1. Trabajo conjunto: Este principio afirma que el trabajo conjunto debe estar presente en toda la acción educativa (planificación colaborativa, investigación-acción colaborativa, retroalimentación estructurada, críticas constructivas entre colegas, debates sobre el trabajo de los estudiantes, etc.). Este trabajo conjunto implica acciones, así como otros elementos o trabajos (una lección, un currículo, un informe de retroalimentación…) y a menudo viene facilitado por estructuras, herramientas y protocolos, para que los docentes compartan regularmente el trabajo del estudiante y para guiar la mejora general de la entidad educativa, para revisar que las políticas y currículo desplegados internamente sean acordes a la visión de la entidad educativa, que existan procesos de colaboración para determinar valores compartidos entre los docentes y que éstos guíen las normas de comportamiento y las decisiones del proceso de aprendizaje. También significa que existan buenas relaciones profesionales entre los docentes que reflejen un compromiso con la mejora de la entidad educativa, que los docentes tengan oportunidades para observar y analizar juntamente con sus compañeros su práctica pedagógica, que existan espacios de intercambio entre docentes, que la dirección de la entidad educativa proporcione tiempo necesario para realizar el trabajo en equipo, y que el horario escolar haga posible y promueva el aprendizaje colectivo y la práctica compartida.

 

  1. Significados y propósitos comunes: Según sus autores, el profesionalismo colaborativo aspira, articula y avanza hacia un propósito común que es algo más allá del logro académico en sí mismo, procurando establecer finalidades educativas que impulsen las competencias para la vida. Por tanto, se trata de que las decisiones que se tomen estén en consonancia con los valores y objetivos institucionales, y que los objetivos de la entidad educativa se centren en el proceso de aprendizaje del estudiante más que en los resultados de exámenes y calificaciones.

 

  1. Colaboración con los estudiantes: Este principio afirma que, en las formas más profundas de profesionalismo colaborativo, los estudiantes se comprometen firme y activamente con sus profesores para lograr juntos un cambio. Es decir, que las relaciones entre los docentes y los estudiantes se basen en el respeto y la confianza.

 

  1. Un marco general pensado para todos: Por último, este principio entiende que, en el profesionalismo colaborativo, el marco general es para todos los agentes educativos. Así, toda la comunidad educativa lo ve, lo vive, lo experimenta y lo crea conjuntamente. Se trata de que las decisiones se tomen en reuniones o a través de distintos canales de comunicación en los que participen los docentes de las distintas áreas y niveles, y que los logros en los aprendizajes en la entidad educativa se reconozcan y comuniquen habitualmente.

 

Referencia bibliográfica:

Hagreaves, A.  & O’Connor, M. (2018). Profesionalismo Colaborativo. Cuando enseñar juntos supone el aprendizaje de todos. Editorial Morata.

 


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