Apuntes sobre la Universidad del Futuro
En un reciente estudio de Wooclap sobre el futuro de la educación en España, se sugiere que, en estos años de pandemia, lo interesante es que más allá de la experiencia personal de cada docente, uno de los factores más determinantes para que la balanza se decantara para un lado o para otro ha sido el apoyo recibido por parte de sus instituciones.
Pero es inevitable que, al igual que ocurre con las herramientas y la forma de dar clase, la tecnología también está cambiando el rol del docente, el cual se va entendiendo que ya no consiste únicamente en dar una clase magistral desde su atril, sino en animar a sus estudiantes a ser más activos y a tomar las riendas de su aprendizaje. Esta nueva postura es más parecida a la de un director de orquesta o la de un entrenador. Lejos de desentenderse del proceso de aprendizaje, el docente ha de ayudar a los estudiantes a desarrollar su pensamiento crítico, analítico y reflexivo para seleccionar la información necesaria. Para ello, debe dominar los conocimientos y habilidades en cuestión y, por tanto, seguir siendo un experto. Es interesante que haya tenido que venir una pandemia para aclarar principios que se intentan introducir en la educación desde hace más de un siglo.
En este sentido, aquí están los puntos más importantes encontrados sobre el futuro de la educación, que pueden servir de reflexión a responsables y docentes de toda entidad educativa:
- El docente no solo sigue siendo indispensable para ordenar, comprender y dominar realmente estos conocimientos, sino que también crea un vínculo humano. Y aunque existan autodidactas, la interacción seguirá siendo fundamental en el proceso de aprendizaje.
- Los campus virtuales cuentan con un nivel de madurez y de uso cada vez más elevado. Por tanto, si le sumamos el hecho de que los estudiantes siguen considerando importante que sigan existiendo espacios físicos como las aulas, las bibliotecas y las cafeterías, tanto para apoyar el aprendizaje como para sentirse parte de una comunidad universitaria, la implementación del modelo híbrido resultará la más propicia.
- El aprendizaje híbrido o blended learning deberá facilitar un aprendizaje constructivista y significativo que permita al estudiante crear su saber mediante la unión de los conocimientos previos y la adquisición de nuevos. De esta manera, los estudiantes podrán beneficiarse de una experiencia más flexible, accesible y personalizada.
- En este sentido, pese a que la presencialidad de la universidad tiene sus ventajas cuando el concepto del que parte se aplica rigurosamente, hay indicios positivos de que la formación en línea está creando un entorno de aprendizaje más justo y equitativo para los estudiantes, sobre todo aquellos que hasta hace muy poco tenían escasas oportunidades de acceso. Gracias a la facilidad para acceder a los contenidos online, el aprendizaje ya no tiene que estar limitado por el tiempo y el espacio. Las clases en línea no tienen barreras logísticas. Es posible conectarse desde cualquier parte del mundo y, mediante una sencilla función de grabación, se puede acceder a las clases en cualquier zona horaria. Por tanto, el principal objetivo será elegir un enfoque multidisciplinario y ágil de la docencia. Una vez hecho esto, la comunidad educativa universitaria deberá revisar de manera exhaustiva sus valores y el concepto de la presencialidad para evitar que las aulas empiecen a vaciarse.
- En el futuro habrá una utilización cada vez más intensiva de la inteligencia artificial (IA). Desde detectar un plagio, pasando por el diseño de contenidos, hasta llegar incluso a la predicción del abandono escolar, las funciones de tecnología inteligente tendrán cada vez más incidencia en la formación académica. Y esto solo es la punta del iceberg. Softwares conversacionales inteligentes (chatbots), plataformas online para el auto-aprendizaje, robótica educativa… El desarrollo tecnológico actual nos sitúa en un contexto muy diferente respecto a sus inicios gracias al acceso a una inmensa cantidad de datos e información sobre los estudiantes que se ha obtenido mediante el uso de nuevas herramientas IA.
- Es el caso del Big Data o el Machine Learning, creará algoritmos cada vez más potentes y adaptados a diferentes perfiles de los estudiantes y sus respectivas necesidades. Alternativamente, en el ámbito administrativo, el uso de IA supone un ahorro de tiempo para los docentes gracias a las aplicaciones que los apoyan en tareas rutinarias, y los ayudan a procesar grandes volúmenes de información.
- Tras haberse sentido tan abrumados por la necesidad de desarrollar, improvisar y adaptarse a los cambios en la educación superior, los docentes buscarán establecer algunos criterios esenciales antes de decidirse a asociarse con cualquier plataforma de tecnología educativa. Estas son algunas consideraciones clave que tendrá el profesorado a la hora de elegir nuevas herramientas tecnológicas:
– Establecer objetivos: Teniendo claras las necesidades pedagógicas que se pretenden abordar, el docente podrá buscar las opciones tecnológicas que mejor puedan ayudarle a conseguirlas. Por ejemplo: mejorar la experiencia de los estudiantes a distancia, aumentar la capacidad y la colaboración de los estudiantes, incorporar contenidos interactivos, etc.
– Acceso fácil: Una buena herramienta de tecnología educativa debe tener la flexibilidad de poder acceder a ella a través de un enlace y ser compatible con múltiples dispositivos para que los estudiantes puedan acceder a las clases y a los materiales cuando y donde lo necesiten.
– Interfaz intuitiva: Como cada clase es diferente a la anterior, una herramienta de este tipo debe ser altamente personalizable para los docentes. Aunque la preparación y la formación previas para utilizar cualquier nueva plataforma de tecnología educativa son importantes para una transición de aprendizaje en línea sin problemas, el profesorado debe experimentar con diferentes funciones para encontrar la mejor interfaz y herramientas para el alumno según sus necesidades.
Si algo nos ha enseñado la pandemia, es que somos capaces de adaptarnos a lo que venga, por muy rápido o desorientador que sea el proceso. De modo que, ya sea detrás de un ordenador o encima de un atril, la conexión entre docente y estudiante siempre encontrará la manera de estar ahí para velar por un correcto proceso de enseñanza y de aprendizaje.
Como conclusión, utilizar metodologías más dinámicas y centradas en el alumno, la formación y el apoyo técnico adecuado, y una revisión de las políticas educativas actuales, serán esenciales para mantener la mente abierta de cara a una digitalización que se ve venir a pasos agigantados.
Fuente: https://bit.ly/3rvRpZR